Por los días felices de Miguel Leache

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“Hace mucho tiempo que es un lugar común la afirmación de que el arte no se hace para el entendimiento, por más que ahora la deriva conceptual nos arrastre a todos a las cercanías del intelecto y al descrédito de lo sentimental. Viendo, una y otra vez, las fotografías de Miguel Leache realizadas en viviendas que acaban de ser desahuciadas, no puedo por menos que considerar -es algo que, por otra parte, vengo haciendo obsesivamente- las imposibilidades del medio fotográfico. ¿Por qué queremos siempre que la fotografía nos diga más cosas de las que puede decir? ¿Y por qué, al mismo tiempo, nos empeñamos en negarle facultades ligadas a lo emocional?

Hay un vínculo entre esas dos preguntas. El registro fotográfico de esos escenarios del desahucio sugiere muchas consideraciones de todo tipo, pero una de las más significativas, en mi opinión, es justamente la tensión entre lo racional y lo emocional. Si yo fuese el autor de estas fotografías diría que es la tensión entre la tragedia que la imagen fotográfica no puede o no sabe contar y lo que siente mi corazón. Creo detectar esa tensión a lo largo de todo este trabajo. Tal y como yo la entiendo, es la tensión que está siempre en la médula de la empresa fotográfica.”
Carlos Cánovas
(Extracto del prólogo al libro-catálogo “Por los días felices”, de Miguel Leache, editado por ken | libros del murciélago)

leache

El camino de las banderas (video)
“En los bordes de nuestras ciudades se entreteje la materia de la que están formadas. Rotondas y farolas que aún no alumbran el paso de los peatones aparecen a un ritmo irregular alrededor de un centro cada vez más difuso. Las orillas de las poblaciones nacen deshilachadas y continúan inermes mucho tiempo después de que lleguen los primeros vecinos. Durante años, el aire de provisionalidad no desaparece y todo tiene un aspecto de terreno mal conquistado, a golpes, sin ley.
Hay una bandera que ondea al viento del invierno y su sombra se proyecta sobre los hierros de un encofrado. Un poco más allá, se ha encendido la luz de un dormitorio: la primera familia que viene a vivir al barrio.”

Miguel Leache

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